A mí siempre me han gustado mucho los canes, incluso ya había tenido anteriormente como mascota a doce perros a lo largo de mis años; experimenté lo que es tener Pastor Alemán, Boxer, Samoyedo, Rottweiler, entre muchos otros perros Criollos. Pero nunca uno como el constantemente sorprendente LABRADOR, ¡nunca deja de sorprenderte!
Anteriormente ya habíamos escuchado las cualidades de esta raza, pero nunca supimos con certeza a que raza se referían; escuchábamos que unos le decían Golden, otros Labrador dorado, otros cobrador dorado, etcétera. Sabíamos muy poco sobre la raza, ni siquiera sabíamos distinguir al GOLDEN RETRIEVER del LABRADOR RETRIEVER, pero ya con el tiempo fuimos leyendo e informándonos hasta el día en que supimos que queríamos un Labrador.
En la mañana de ese día del cumpleaños de mi esposa, me habló mi hermano para informarme que un amigo de él tenía unos cachorritos de Labrador y que estaban en venta, yo sin pensarlo dos veces fui a conocerlos. Cuando llegué al lugar, el Señor tenía a dos de los cachorros en sus brazos, Aquiles era uno de los dos, en cuanto lo vi supe que era él nuestro próximo perrito. Aquiles era el más quieto, y nunca me quitaba su mirada, mientras que los otros perritos no paraban de correr, lo cargué y dije: ¡este, este es el que me llevo! Estaba bastante grande para solo tener un mes.
Ese mismo día, tenía bastante trabajo, y no podía traerlo conmigo a todas partes, así que fui a casa de mis padres y lo dejé encargado con mi Papá.
Llegó la tarde, lo metí en una bolsa de ropa y me lo llevé a casa de mi esposa (en ese entonces mi novia), y fue una muy grata sorpresa para ella, se le vio en su cara, todavía recuerdo el momento, la bolsa empezó a moverse y a llorar, mi esposa abrió la bolsa, sacó a Aquiles y lo abrazó; ahí supe que empezábamos una grandiosa aventura.
A los dos días de eso, falleció mi Padre, y fue un gran golpe para todos, vinieron días muy tristes para la familia, para ser sincero ni me acordaba de Aquiles; ya con el paso del tiempo en mi convivencia con él, me di cuenta que el brillo de sus ojos guardaba algo especial, quizá en mi desesperación y tristeza imaginaba a mi Padre dentro de él.
Ese brillo en sus ojos y el querer estar siempre a mi lado pegando su regazo a mis piernas, ahora se que realmente era porque Aquiles sentía mi dolor, me parecía impresionante su comportamiento, jamás hubiera pensado que “un perro” pudiera ser tan susceptible y suspicaz como para darse cuenta de lo que pasa en su entorno. Y Aquiles hoy en día, sigue siendo así, ahora vive con mi madre, ella se siente tranquila con su presencia, ya que la cuida y la sigue a todas partes, nunca toca su jardín, y la entiende en todo lo que le habla; se podría decir que Aquiles es humano, pero aventurarse a afirmar constantemente algo así enfrente de personas que no hayan tenido convivencia jamás con un perro; provocaría que alguien como yo, escribiera en este momento desde el interior de un manicomio.
Me aventuro a decir que Aquiles es el mejor perro del mundo, supongo que todo amo piensa lo mismo de su mascota; pero es inevitable pensar que pueda existir otro perro que solo al mirarte, entienda todo lo que sucede, desde como te sientes hasta lo que vas a hablar antes de hacerlo, es un perro que constantemente esta dispuesto a complacerte. Ahora mi esposa y yo comprendemos perfectamente el nombre de su raza; ahora es que sabemos que no es un Golden Retriever, ni un Labrador Dorado, ni un Cobrador Dorado; Sabemos perfectamente que su raza es ¡LABRADOR DE ORO!


